COSAS QUE SABEMOS QUE AYUDAN...

CONVIVIENDO CON EL TDAH

1. Flexibilizar la organización del centro: Atender a la diversidad supone entender que cada uno necesita un ritmo y una metodología diferentes. Adaptarse a las características y dificultades de nuestros alumnos con TDAH, no solo es necesario, sino que es un derecho de los alumnos y una obligación para las instituciones.
1. Modificar el calendario y duración de los exámenes.
2. Cambiar su estructura y formato.
3. Dar información detallada del rendimiento para poder aprender de los errores e incidir en las áreas más deficitarias.
4. Organización del tiempo y del trabajo: uso de la agenda, supervisión, aprendizaje y entrenamiento en planificación y organización.
5. No sobrecargar con actividades repetitivas y poco motivantes. Lo justo no es hacer todos lo mismo, sino que cada uno haga lo que le ayude a aprender de verdad.
2. Cambiar nuestros criterios de intencionalidad de la conducta. Mejorar la formación del profesorado:
1. Un alumno con TDAH tendrá más problemas de conducta y de relación que muchos de sus compañeros. Debemos entender que tiene una inmadurez neurológica que afecta a sus funciones ejecutivas. Igual que no exigimos lo mismo en Educación física a un alumno con discapacidad motora, tampoco deberíamos medir a los TDAH con las mismas consecuencias que al resto por el resultado o disrupción de sus conductas.
2. Transmitir comprensión y búsqueda de soluciones para mantener a flote la motivación y la autoestima.
3. Tener normas claras, concretas y operativas. Debemos asegurarnos de que los alumnos saben qué tienen que hacer y además tienen un método con instrucciones claras de cómo pueden hacerlo.
3. Caminar hacia la inclusión:
1. La comprensión, la adaptación y el compromiso con la diversidad acercan al alumno con TDAH a vivir en la escuela con la mayor normalidad posible. Cuando cambia el paradigma y se crea seguridad, aceptación y búsqueda de soluciones el contexto favorece la mejora del TDAH y la autoestima y motivación de todos los alumnos.